lunes, 7 de noviembre de 2016



VIVIR
¿Cuántos otoños has vivido pensando en los demás?
Mañanas al sol, veranos en el campo, regado con tu sudor.
Inviernos de frío, el cual se te metió en los huesos para siempre.
Sembrando olivos y regándolos, uno a uno.
Caminatas de kilómetros a pie, a ratos en tu mulo, única compañía durante días.
Los pies embarrados, tu cuerpo mojándose de lluvia o de calor
¿Quién te preguntó qué sentías?
¿Qué querías, que soñabas? Ni tú te paraste a pensar.
Te quedaste sin luz que te guiará, en la oscuridad para siempre
Te deleitas con los sabores, sobre todo con lo dulce, es un disfrute de los pocos que te quedan.
La conversación agiliza tu memoria, sientes más que oyes, y en tu mente cada vez se difuminan más las imágenes recordadas.
Se te olvidan los nombres, no recuerdas las palabras, pero oír música de tu época te pone alegre.
Cumples años, que cada vez es una carga para ti, sobre todo porque pierdes orientación, movilidad, memoria y eso te pone triste.
Y solo piensas en el bálsamo de tu descanso, esperas, esperas... la llamas, pero no te hace caso, pasa de ti.
Yo te digo: vendrá cuando no la llames, cuando más tranquilo estés.
Y repites: vendrá, vendrá…

MarinaDuende
11_07_2015

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